viernes, 20 de julio de 2007

GUERRA VECINAL EN EL BARRIO "PORFIRIO PASCUAL"

- ¡Cállate, vieja de mierda, hija de puta! – Le increpa un grupo de niños a una mujer mayor que les había llamado la atención un segundo antes por haberle golpeado repetidamente la ventana de la cocina con un balón.
De repente, como dos yeguas desbocadas, llegan al lugar varias madres (justo detrás de ellas un gran cartel “PROHIBIDO JUGAR AL BALÓN”)
- ¿Qué coño te pasa con mi hijo, vieja asquerosa? ¡Deberías estar en un asilo y no aquí!
La pobre anciana, indignada ante tal derroche de buena educación, se pone a la misma altura que las bienaventuradas madres, desafortunadamente, consiguiendo así aumentar sus posibilidades de infarto.
Y es que, desde hace años, y sobretodo desde hace un mes, hay un gran problema en ese barrio. La convivencia se ha vuelto insulto y los buenos modales han desaparecido (y es que hoy día, eso del respeto al prójimo está pasado de moda y el todo vale es la ley imperante en esta sociedad).
¿Qué ha hecho que esta “mala educación” resurja en el barrio con más brío que nunca?
Pues ni más ni menos que el diseño de la obra de una calle que nuestro ayuntamiento, a muy buena fe y sin malas intenciones, ha hecho en el barrio, exactamente en José Miralles Torregrosa, antes abandonada y cutre y ahora bonita, con arbolado y juegos infantiles. Resulta que en esa calle desde tiempos inmemoriales, dada su fisonomía, ha invitado siempre a los críos a jugar a la pelota, creando grandes molestias en las plantas bajas de los edificios. Con tan ansiado arreglo los vecinos de los bajos de dichos edificios creían que las molestias iban a desaparecer para siempre, pero nada más lejos de la realidad. El arreglo empezó en los dos extremos de la calle, quedando dos espacios bien distribuidos con sus árboles y columpios, pero la última fase, la parte central de la misma, la dejaron diáfana, dando DE NUEVO lugar a que el frente de disputa se abriese de nuevo. ¿Se imaginan ustedes el varapalo tan grande que se han vuelto a llevar esas personas mayores que desde hace años soportan la intransigencia de sus propios vecinos?
Desde aquí y por ellos imploramos al ayuntamiento que solucione este grave problema que puede llevar a una guerra vecinal sin precedentes a ese barrio. La solución es bien sencilla y el resultado puede ser fabuloso para esas personas.

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