Llegado julio, con el calor sofocante de la ciudad, y los bikinis de la playa; llega un un clásico de estas fechas, El Festival de Cine de Elche. Si bien no me mamo todas las actividades del evento, llamese Operas Primas, Las pelis del personaje galardoneado de turno y demás actividades varias; soy un asiduo espectador de los cortos que se proyectan bajos las palmeras del Huerto del Xocolater. Son noches que me traen la nostalgia no vivida, del cine antiguo, esa visión mágica, y seguramente irreal, a lo Cinema Paradiso y sin pagar un duro.
Este año se celebra su trigésima versión, que ya son muchas, y aunque la representación ilicitana sea reducida, sólo cuatro cortometrajes en competencia, esperamos una muestra cinematográfica de gran calidad para disfrute del pueblo y para placer mio.
Aqui les dejo el corto ganador del año pasado del premio del público "Ponys", de David Planell.
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